Jardines

 

El atrio y sus alrededores

 

 

Visto desde lejos el gran templo… con su asamblea de cúpulas y alta torre erguida… luce austero, humano, con la sobriedad del nicaragüense y su religiosidad alegre. Rodeado de árboles y palmeras surge equidistante de una gran rotonda, que expresa el movimiento acelerado de la vida ciudadana, y de un volcán con su laguna… el único volcán urbano del mundo… que nos recuerda la peligrosa naturaleza que sirve de escenario a la vida del nicaragüense. Entre la agitación del mundo y la agitación de la tierra, la Catedral levanta confiada su tienda para que los peregrinos de la historia, o como reza la salve: “los desterrado hijos de Eva”, encuentren a su sombra la esperanza, alimenten su caridad y fortalezcan su fe para llegar victoriosos a la meta.